MUJERES
EN LA LUCHA POR LA CANCHA
El
fútbol se juega en la gran mayoría sino en todos los países del planeta, siendo
uno de los deportes con mayor promoción en el mundo. Este deporte ha sido practicado por los
hombres tradicionalmente, sin embargo las mujeres han incursionado desde hace
algunos años en el mismo, mostrando sus cualidades técnicas y su gran condición
para cumplir un papel importante que merece ser reconocido.
En
medio de un país con tantas dificultades y con la cultura del machismo, estas
mujeres están haciendo un trabajo relevante por la cultura deportiva del país.
Gracias a su buen obrar en procesos
tanto individuales como colectivos, están logrando tomar protagonismo y
posicionando el fútbol femenino, cosa que hasta hace poco no se veía en lo más
mínimo.
El
fútbol femenino ha logrado un gran crecimiento y un auge en categorías jóvenes
y en escuelas de formación colombianas en comparación de doce años atrás. A
pesar de ello, se considera que al fútbol femenino de Colombia aún le hace
falta más apoyo de entidades que avalan este deporte, como la Federación
Colombiana de Fútbol, Coldeportes, el Comité Olímpico y las ligas
departamentales de cada ciudad, sin embargo, la conclusión muchas veces es que
el apoyo puede existir desde el planteamiento de las políticas públicas, pero
no ha existido una buena administración para hacer eficientes y efectivos estos
apoyos, impidiendo que el fútbol femenino colombiano crezca y sea reconocido a
nivel internacional.
Las
mujeres sobre el terreno de juego son justas y correctas, cosa que no sucede
con el fútbol tradicional entre hombres. Hay que decir que el Grupo de Estudios
Técnicos ha observado que existe una diferencia entre la actitud de los hombres
y de las mujeres futbolistas. Los hombres pueden tomar ejemplo del
comportamiento de las mujeres sobre el terreno de juego, expreso la FIFA en el
2012. Resulta entonces, algo irónico que la Selección Femenina haya logrado la
clasificación a un mundial femenino antes de que la Selección Colombia
Masculina, pudiera volver a ser parte de los equipos clasificados a la Copa
Mundo y esto no tenga su reconocimiento público respectivo. Mientras las selecciones masculinas han
tenido una tendencia a la baja en los últimos años, a excepción del Mundial de
Brasil 2014, la Selección Femenina, ha “sacado la cara” por Colombia con
títulos y figuraciones destacadas en todas las categorías y de esto el pueblo
colombiano no hace alarde.
El
comienzo no fue fácil, si se tiene en cuenta que el balompié no es un deporte
practicado masivamente por las damas en nuestro país. Entre 1995 y 1998 se
conformaron equipos con fútbol incipiente y sin grandes logros con base en las
jugadoras del fútbol de salón femenino sirviendo de todas maneras como punto de
partida. Los primeros puntapiés de las muchachas en nuestro país se remontan
hacia finales de los años 80, cuando jugadoras vallecaucanas empezaron a
aparecer en los potreros para disputar sus propios partidos. Como era difícil,
casi imposible, que los hombres aceptaran a mujeres en los equipos, ellas
decidieron armar sus propias escuadras para emprender una verdadera liberación.
Al despuntar los años 90, empezaron los intercambios interdepartamentales
porque en Antioquia y Bogotá, siguieron el ejemplo del Valle del Cauca. Y ante
el furor que se desató, la División Aficionada del Fútbol Colombiano, Difútbol,
decidió acoger a las damas en sus programaciones habituales de carácter
nacional. En los primeros torneos apenas se contaba con la participación de las
ligas de Bogotá, Antioquia y Valle. Después se unieron ligas como Tolima y los
Santanderes. Hoy en día, la mayoría de ligas adscritas a la Difútbol participan
en los campeonatos nacionales.
Las
niñas a pesar del poco apoyo que se les brindaba, hacían sacrificios y esfuerzos
por lograr tener un proceso y subir su nivel futbolístico, los escenarios
deportivos no eran los adecuados y las herramientas como estacas, balones,
petos, conos entre otras cosas, no estaban en las mejores condiciones. Pero
para las colombianas esto no significó un mayor problema. En ese entonces, la
Selección Bogotá de Fútbol Femenino, no tenía un escenario deportivo fijo y
debía entrenar en las Canchas de Fútbol La Morena, en el Parque 22 Nacional, en
el Parque el Tunal, incluso, en la llamada “cancha chigüiros” que por decirlo
así, era un potrero con tres arcos, escenario en el que las jugadoras que hoy
en día son estrellas en el exterior, sembraron sus bases técnicas, las cuales
las prepararon para llegar a donde hoy en día están. Entre los equipos que
siempre han sobresalido por su nivel futbolístico en Colombia, se encuentran
las selecciones de Valle, Bogotá, Antioquia y Tolima, en el torneo que se
realiza anualmente por la Difútbol de los juegos nacionales, siempre el
campeón, se encontraba entre estas selecciones.
Cada
logro que se alcanzaba, era un gran avance para cada selección según la ciudad
campeona, en Cali, en Medellín, en Ibagué, y en otras ciudades empezaron apoyar
este deporte, en Bogotá también se estaba generando un proceso de formación y
de trabajo diario, enfocado en mejorar el nivel de las jugadoras para conformar
una selección que lograra romper el paradigma de que el fútbol femenino tan
sólo era para hombres o visto como un hobby para las mujeres.
“A
partir del 2008 las cosas empezaron a ser diferentes. En la categoría sub 17
donde empecé mi proceso futbolístico como Selección Colombia a cargo del
profesor Pedro Rodríguez, quien nos apoyó desde un principio y nos enseñó a
creer en nosotras mismas. La evolución ha sido grandísima, ya que en años
atrás, la Selección Colombia solo iba por participar y a partir de esta
categoría, en la mentalidad de las jugadoras colombianas estaba el creer en
nosotras mismas. En ese año Colombia gana por primera vez un título
sudamericano” dijo Laura Cosme, delantera de la Selección Colombia.
Como
muestra de que nuestra cultura deportiva está cambiando para bien, un jugador
del Deportivo Cali, cuyo nombre es Cristian Nasuti, dice que el futbol también
es para mujeres por el hecho de que ellas también lo viven con pasión, les
gusta y no le parece mal que lo puedan hacer. “Cada vez está creciendo en todas
las partes del mundo. Uno disfruta cuando lo televisan y ve que hay chicas que
juegan muy bien” dijo Nasuti.
El
capitán de juego en el Deportivo Cali, Andrés Pérez, también dio su opinión.
Dijo que el futbol femenino es algo muy positivo. Piensa que en Colombia necesitan más apoyo o más
escuelas de formación. “Pienso que estamos viviendo hoy en día un auge en la
mujer por querer jugar futbol y de pronto no hay las escuelas suficientes” expresó
Andrés.
PARA
RESALTAR
El
Club Deportivo Atlas CP es propiedad de la actual jugadora de la Selección
Colombia, Carolina Pineda. Es un club comprometido con los valores sociales y la formación deportiva,
impulsado la competitividad y el desarrollo humano a través de la práctica del
fútbol.
“Nosotros
iniciamos este proyecto de futbol femenino y hemos logrado crear mucha
diferenciación con respecto a muchos
otros clubes, desde varios aspectos. No solo es el tema humano sino también
desde la ejecución como tal en el deporte, específicamente desde el
entrenamiento, formación de los entrenadores y creación de los nuevos
escenarios que día a día hemos podido ir adquiriendo en pro del desarrollo de
este deporte” expresó Duban Pineda quien es hermano de Carolina Pineda y
director corporativo del club.
Según
Duban Pineda, el futbol femenino, al igual que muchos deportes, es un espacio
de inclusión donde las mujeres se han apropiado de un deporte que aparentemente
era único y exclusivamente para los hombres. Cree que es un deporte que
necesita, día a día, irse profesionalizando producto de la masificación que ha
tenido y de los procesos tan bonitos que se han venido desarrollando a nivel
semiprofesional y a nivel amateur.
Como
muestra de estos procesos está Isabela Mendoza, capitana de la categoría elite en
el club deportivo Atlas CP. Ella empezó a jugar futbol desde los 10 años y
desde siempre ha contado con el apoyo de sus padres. En el 2014 tuvo la
oportunidad de ser Selección Valle. Ahora cuenta con 18 años y hace seis meses
radica en Canadá, lugar donde adelanta sus estudios y hace parte del equipo de
la Universidad.
Pero
no todos los procesos son iguales, está el de Geraldine Grisales quien practica
futbol desde los 7 años. Siempre se le ha dificultado llegar a los entrenos
debido a que son lejos del lugar donde vive. Cuenta con el apoyo total de su
madre y hermanos pero con el repudio de su padre, solo por jugar fútbol. Expresa que su padre viene de una familia
machista, donde piensan que solo los hombres pueden jugar al balompié. A pesar
de ello, siempre le ha puesto una cara fuerte y optimista a la situación. Se
caracteriza por tener una autoestima alta y perseverar hasta alcanzar.
Como
factor importante de un proceso futbolístico, está el papel que juegan los
entrenadores. Henry Parra, estudiante de la Escuela Nacional
del Deporte y entrenador de la categoría elite en el Club Deportivo Atlas CP,
expresa que el fútbol siempre ha sido su pasión. Ha tenido la oportunidad de
entrenar hombres y mujeres dentro de este club y dice que se puede notar la
diferencia. Las niñas manejan mucha más disciplina, mucha entrega y las ganas siempre de querer ganar que
afloran en cada entreno. “Eso fue lo que hizo enamorarme del futbol, me motivó
a acercarme más, ¡Amor a primera vista!”. A pesar de escuchar frases como “el
fútbol masculino es lo que da plata” “Los hombres son de alto rendimiento” el
sigue firme en la labor. Su gran objetivo es dirigir la Selección Colombia
Femenina.
LA
OTRA CARA
A
estas alturas del partido, se creería que todos queremos la evolución del
fútbol femenino, que todos y todas sueñan con una liga profesional colombiana
de fútbol para mujeres. En efecto, muchos si lo sueñan. Sin embargo hay
opiniones respecto al tema que expresan todo lo contrario.
Fernando
“El Pecoso” Castro, director técnico del Deportivo Cali, dice que no le gusta
el futbol femenino: “La verdad es que de tantos años que llevo en el futbol,
que son alrededor de 45 años, yo nunca he visto un partido de futbol femenino,
no me gusta, no me llama la atención. Me
parece que el futbol es un deporte fuerte, rudo, brusco y de mucho temperamento
y me parece que, ¡a lo mejor yo estoy equivocado!, que las mujeres me excusen y
me perdonen pero no me gusta el futbol femenino. Yo he tratado de ver futbol
femenino y no le encuentro absolutamente nada. Me parece a mí, que si lo hicieran de forma recreativa o que
un día cualquiera se encuentre cinco o seis niñas a pegarle una patada a un
balón ¡sí! Pero un fútbol de once contra once, partidos televisados de mujeres
en campeonatos nacionales e internacionales ¡no! no me gusta y que me perdonen
las mujeres. No he sido capaz de ver un partido entero de dos equipos
femeninos. Me gustaría que alguien me dijera algo, por qué estoy equivocado.
Toda la vida he estado en el futbol, la verdad es que a las mujeres las veo
demasiado hermosas en un quirófano, en una oficina o como abogadas,
arquitectas, medicas, ginecólogas, gerentes de bancos, en cualquier actividad
de la vida pero jugando fútbol, ¡la verdad que no!, nunca me ha gustado ver a una mujer jugar fútbol.
Por Lina Esmeralda Alegría
Comunicación Social y periodismo
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